A fin de impedir que los microorganismos relacionados con la atención sanitaria entren en el cuerpo del paciente, la higiene de manos debe realizarse antes de tocar al paciente o entrar en la zona donde están. La zona del paciente incluye al paciente y su entorno inmediato, como las superficies que toca (por ejemplo, las barras de la cama, el equipo de perfusión) y las superficies que suelen tocar los empleados (tales como monitores, pomos y botones).
Ejemplos: Antes de dar la mano, ayudar a un paciente a moverse o durante un examen clínico.